
La humanidad fue aún más humillada por la aseveración de Freud (1925/1958, p. 5) que dice que la razón no gobierna el comportamiento. Él propuso que las fuerzas psicológicas inconscientes afectan en forma poderosa al pensamiento humano y al comportamiento. Estas fuerzas se originan en las emociones de la niñez y continúan su influencia durante toda la vida. Freud representó a los humanos como seres movidos por sus impulsos que “en sí mismos no son buenos ni malos” pero que tienen ambas clases de efectos. Estas fuerzas alimentan los logros positivos de la cultura pero también llevan a la guerra, al crimen, a la enfermedad mental y a otras miserias. La teoría psicoanalítica ha transformado nuestro entendimiento del sexo y de la agresión y ha llevado a la gente de la era pos freudiana a nunca confiar en realidad en su experiencia consciente.