
Para establecer con mayor claridad la tensión entre el inconsciente, que busca expresión, y la conciencia, que trata de frenar las fuerzas del inconsciente, Freud describió tres estructuras de la personalidad. El ello es primitivo y la fuente de los impulsos biológicos. Es inconsciente. El yo es la parte racional y competente de la personalidad. Es la estructura de la personalidad más
Consciente (sin embargo, no del todo consciente). El superyó está formado por las reglas e ideales de la sociedad que el individuo ha internalizado. Algo del superyó es consciente, pero mucho de él permanece en el inconsciente.
-
EL ELLO:
El ello, el cual contiene los instintos biológicos, es la única estructura de la personalidad presente al nacimiento. Funciona según el principio del placer. En otras palabras, es hedonista y su objetivo es satisfacer sus deseos, lo cual reduce la tensión y por tanto trae placer.
-
ENERGÍA PSÍQUICA: LIBIDO
Freud propuso que el ello es la fuente de la energía psíquica, llamada libido, que es sexual. La motivación para todos los aspectos de la personalidad se deriva de esta energía, la cual puede ser transformada desde su forma instintiva original a través de la socialización. Toda la energía para los logros culturales —para obras de arte, la política, la educación— es energía sexual, transformada. Al contrario, la represión inmoviliza la energía, haciéndola inaccesible para logros más altos.
-
INSTINTOS DE VIDA Y DE MUERTE: EROS Y THÁNATOS
La energía psíquica es de dos clases. Eros, el “instinto de vida”, motiva los comportamientos de mantenimiento de la vida y el amor. Al principio, Freud sintió que toda libido era de esta clase y es la energía descrita por lo general en su teoría. Más tarde, postuló una segunda forma de energía Psíquica, también innata. Thánatos, “el instinto de muerte”, es una fuerza destructiva que nos dirige de manera inevitable hacia la muerte, el último alivio a la tensión de vivir. Motiva toda clase de agresiones, incluyendo la guerra y el suicidio. Con frecuencia, Freud puso énfasis en lo erótico, la energía sexual y el conflicto sobre su expresión. La muerte y el conflicto acerca de esto, de acuerdo con algunos teóricos, deberían recibir más atención (por ejemplo, Arndt y otros, 1997; Becker, 1973).
-
EL YO:
El yo es la estructura de la personalidad que conduce a la unidad de la personalidad y que está en contacto con el mundo real. Opera de acuerdo con el principio de realidad. Esto es, puede entender con precisión la realidad y adaptarse a sí mismo a las restricciones del mundo real. El yo puede retrasar la gratificación y planear. Estas habilidades se denominan proceso secundario.
-
EL SUPERYÓ:
La tercera estructura de la personalidad, el superyó, es el representante interno de las reglas y restricciones de la familia y la sociedad. Genera culpa cuando actuamos contrariamente a sus reglas. Además, el superyó se nos presenta con un ideal del yo, el cual es una imagen de lo que queremos ser, nuestros estándares internos. Debido a que el superyó se desarrolla a temprana edad, representa una forma inmadura y rígida de la moralidad. En la jerga del psicoanálisis, el superyó es “arcaico” y en buena medida inconsciente. Freud sostuvo que nuestro sentimiento de culpa está con frecuencia lejos de la realidad actual, y representa la comprensión inmadura de Un niño pequeño.